jueves, 17 de abril de 2008

“Ya no está en discusión el derecho de la mujer a trabajar, sino el de tener hijos”


Julia García Álvarez asegura que, a pesar de los espacios ganados por la mujer, hay muchas desigualdades disfrazadas de igualdad.

Fuente: Diario El Liberal. Lunes 14 de abril de 2008

coordinadora social del Ayuntamiento de Fuenlabrada, en Madrid, caracterizada por su innovación en estrategias políticas para la igualdad de género. Antes de las charlas abiertas que brindará hoy y mañana por la tarde en la Ucse, dialogó con EL LIBERAL sobre su especialidad. Asegura que aunque la mujer ha ganado muchos espacios, su entrada en el mundo del trabajo ha perjudicado su situación familiar, y que aún hay muchas desigualdades disfrazadas de igualdad.

Muchas veces se confunde la lucha por la igualdad de género con plantear que el hombre y la mujer son iguales ¿Puede aclarar este error?El hombre y la mujer no son iguales, ni nos interesa que así sea. El tema es que ustedes han crecido sistemáticamente en derecho y han utilizado el espacio público, y las mujeres hemos seguido reducidas al espacio privado. Lo que pedimos es utilizarlos con el mismo derecho.

¿Qué espacios ha ganado la mujer y cuáles le falta ganar con más urgencia?
La mujer ha ganado mucho espacio en la política. Este año por primera vez, con Rodríguez Zapatero en España hay más ministras mujeres que hombres, incluyendo la ministra de Defensa y la vicepresidenta. Ustedes tienen una Presidenta mujer. Todo eso es cierto, pero se sigue tratando diferente a una mujer en política que a un varón. Le doy un ejemplo de desigualdad con aparente igualdad. En el gobierno anterior de Zapatero había igual de ministras que de ministros. De ese grupo, todos los hombres estaban casados y entre todos sumaban veintisiete hijos. Ellas estaban todas divorciadas menos una, y entre todas sumaban siete hijos. Ya no está en discusión el derecho de la mujer a trabajar, sino a trabajar y tener hijos. Generalmente, el hombre tiene un soporte que le da derecho a salir a trabajar, siempre tendrán una madre, una hermana o una hija organizando la cena y la compra de mañana. La mujer no.

Esta aparición de la mujer en el espacio público ha cambiado la dinámica familiar en el espacio privado ¿Cómo se están distribuyendo los roles?
La mujer ha descubierto la riqueza de compartir el espacio público. Creo que hay que hacer atractivo al varón compartir los espacios privados. La cultura debería ir por la corresponsabilidad. Tendría que ir a favor de que ambas personas se corresponsabilizaran del espacio privado y del público y pudieran compartir roles. Ocurre que el mundo no está hecho para que esto pase. En mi país hasta hace poco las reuniones en la administración podían durar hasta las diez de la noche. Pero una de las medidas que tomó la legislatura fue limitar la reunión hasta las cinco de la tarde, es decir, limitar el horario de funcionamiento de las oficinas públicas, para poder dedicarle tiempo al hogar.

Esa transformación que va en camino choca con el machismo de sociedades tradicionales como la que tenemos en Santiago. ¿Cómo se puede suavizar este choque y hacer el tránsito lo menos traumático posible?
Estamos en un momento de transición. Las mujeres han hecho un salto cualitativo enorme en los últimos veinte años. La transformación tiene que ver con la voluntad política. Esto es algo absolutamente básico. Hay redes y organizaciones que trabajan, y también tiene que ver la voluntad política. Se tiene que sostener en el tiempo. No vale con hacer una acción el 25 de noviembre o el 8 de marzo. Necesitamos políticas transformadoras de la sociedad. Hay que visualizar la sociedad que quieren y marcar un camino hacia ella. Ese cambio lo tiene que liderar un gobierno, y mientras más territorial sea, mejor. Las grandes líneas maestras las puede dar un gobierno nacional, pero el gobierno provincial o municipal tiene que mantenerse en esa línea, sensibilizar todos los días, hacer prevención de violencia de género, enseñar en las escuelas que se puede vivir en igualdad.

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